viernes, 14 de febrero de 2014

A rey muerto, rey puesto.

Aunque resistió enérgicas embestidas como para tumbarlo del sillón, las sólidas agarraderas, tanto las propias como las coaligadas, le hicieron sobrevivir más de lo esperado a una muerte predestinada.


Mucho fuelle de salida, que fue desinflando, hasta acomodarse en la dejadez e indiferencia, haciendo nada, y cobrando mucho, y eso debe ser lo que le produce la satisfacción que dice en su platica de despedida. 

Sepultado por notificaciones varias de las que asustan, quizá se estuvo más a lo personal, que a lo municipal.

Dicen que no hay que hacer leña del árbol caído, pero ese árbol no tuvo ningún reparo en su día en actuar con prepotencia, yendo a pillar, y asustando al personal, abusando de su  posición de poder, sin advertir que esa situación era susceptible de terminar en algún momento, así es que como por tus acciones serás juzgado, ahora que cada uno asuma las consecuencias de sus actos, y a mi no me da ninguna pena.

Cada uno recibe lo que da, y todo se paga en esta vida, mas tarde o más temprano.

Querido Alf,  tanta paz lleves, como descanso dejas. 

Te ofrecí  un día mi mano, y te lanzaste contra mi para atacarme.

Por eso nació este blog, para defenderme.

Te dejaste muchas cosas por hacer, que espero las finalice tu sucesor, al que todavía considero compañero, y al que de nuevo tiendo mi mano por si de alguna manera le pudiese servir.

José Miguel, te deseo buena andadura, y que disfrutes de la Concejalía tanto como lo hice yo, a pesar de los problemas y de la conflictividad que conlleva. 

Mucha suerte y paciencia. 

Ten cuidao con los pájaros.



1 comentario:

  1. Maite. Nuestra compensación terrenal nos llega durante el transcurso de nuestra vida, se nos presenta de muchas formas pero siempre para compensar o no lo que hemos hecho por los demás.
    Una cosa sí me ha enseñado la vida: no es bueno hacer leña del árbol caído. Cada cual es conocedor de su “calvario” y las razones por el cual. Te aconsejo un PUNTO Y FINAL ya que ahora quedan todavía razones para seguir pensando en el pueblo más indefenso.

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