martes, 3 de enero de 2012

Tercera de feria.


En la que fuera plaza de toreo hace años, anunciaban  los carteles, gran becerrada.

Tres añojos para picar, impresentados, con un tercio de entrada soleada. Otro plante al público, ordenado.

Sonora pitada, que incomoda a la presidencia, y no callan los villancicos autoritarios.

Aseguran los más antiguos que nunca se había escuchado tal estrépito en este ruedo.

Y como espectadores de excepción, los de Cuatro, y retransmitiendo. Aplausos, que los sacan a hombros al final del festejo.

No bastó la estocada contraria del primer intento, por lo que se repite la suerte, que todavía hay tiempo.

El pueblo ya ha hablado.


El circo, romano.