viernes, 19 de septiembre de 2014

El Pb.

He titulado este post como Pb, ya que es lo que se me venia a la cabeza, mientras soportaba una vez más el aburrido y vergonzoso pleno del que me fui antes de su final.



Pb es el símbolo químico del Plomo, o lo que es lo mismo, Plst plasta, Pst pestiño, Crg Cargante, Tst Tostón, Plm Pelma, todos ellos nuevos elementos descubiertos que conforman nuestra particular tabla periódica municipal.




Por su localización en el mismo grupo de la tabla, se considera que todos estos elementos, poseen las mismas propiedades, y puesto que el plomo es un metal, podríamos conseguir la deseada transmutación convirtiéndolo en oro, en el caso de que fuésemos capaces de elaborar la piedra filosofal,

Es decir, conseguir transformar a las garrapatas en abejas, pasar de la ordinariez al refinamiento, del estancamiento al florecimiento, de lo vulgar a lo elegante, o de la obstrucción a la transparencia, por ejemplo.


Recientemente y gracias a la Física Nuclear, se sabe que la mutación es viable, y sin necesidad de tirarles la piedra a la cabeza. 



El problema es que para lograrla se requiere de un gasto de energía enorme, para arrancar los tres protones del núcleo, y algún que otro electrón que orbita a su alrededor, y no está Iberdrola dispuesta a colaborar, debiéndoles la factura desde años luz.

Parece que a alguno de los Viceprotones que vale su peso atómico en horas, se le hacen largas las sesiones y cuando sobrepasa la vida media estipulada se carga negativamente saltando a un estado excitado de mayor energía, que se propaga a lo largo de los orbitales moleculares del mismo compuesto, pasando estos a excitarse de la misma manera y absorbiendo así los  600 euros en los que se cuantifica cada sesión plenaria, por lanzar fotones radiactivos contra las partículas subatómicas.



Y los demás neutrinos apantallados en el foso mediante enlace covalente coordinado.

Es lo que hay, de mientras esperamos la venida del Big Bang, a ver si coloca a los satélites artificiales a su sitio, que el incremento entrópico está llegando al máximo.



1 comentario:

  1. No estaría demás establecer una integral de cero a infinito para englobar el tedio y la vergüenza ajena que pude asumir. Lo primero porque me propuse quedar al recital sobre lo que podía haber sido y no fue el himno de Valdemorillo y lo segundo porque pude apreciar el nivel de gobierno y también la altura dialéctica y nivel de la oposición. El 90% del tiempo se podría haber evitado.
    Pero, sin embargo: Asomaba el sol por el eje X cuando los numéricos habitantes de la ciudad de Tales se preparaban para asistir a la boda entre un ábaco convergente y la variable independiente y finita FiFi. Era el padre de FiFi un ilustre parámetro jefe del partido de los incrementos finitos, y su madre había sido mantisa compuesta, pero tuvo que dejarlo debido a una hipótesis repentina que degeneró en tesis y estuvo a punto de anularla y dejarla diferenciada y con la matriz cuadrada. Iban los novios en una magnífica fracción tirada por dos paraboloides hiperbólicos; detrás iba el complejo formado por logaritmos e incógnitas auxiliares entre el bullicio de la música que interpretaban las clásicas integrales. Mientras tanto, y aprovechando este bullicio, algunos de los puntos irregulares se entretenían lanzando tangentes a los concurrentes.
    Finalmente, alarmados los concurrentes por la anormal transformación cogieron a la alcaldesa entre paréntesis y la elevaron a la enésima potencia, lanzándola por la pendiente del eje X al infinito. Cantando el himno de Valdemorillo interpretado por KiKo


    ResponderEliminar