Chapuza Nacional.

Suele ocurrir que cuando se deja en manos de ignorantes y además prepotentes engreídos la toma de decisiones relevantes, estas suelen acabar en desastre.

Los días llenos de preocupación que nos está tocando vivir, a algunos mas que a otros, derivados de la  falta de organización y previsión de los riesgos y consecuencias de abrirle las puertas de Europa al virus del Ebola, se gestionan por los que tienen el poder de actuar y organizar en este País, culpabilizando a los más débiles e indefensos, y justificando los errores con vistas, mas a no seguir perdiendo votantes, que ha dirigir con la responsabilidad imprescindible ante una situación alarmante y de absoluta emergencia.

Vaya por delante el deseo de recuperación de Teresa, la auxiliar de enfermería afectada, sobre todo para que cuando tenga las mínimas fuerzas, mande personalmente a tomar por culo al menos al Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, cosa que ya tenía que haber hecho D. Ignacio. 

Gracias a que a nosotros Europa no nos deja solos, y tanta ineptitud se deja ser solventada a marchas forzadas por los expertos profesionales, que pueden actuar a la vista de la que tenemos liada.

Chapuza nacional, consecuencia del descontrol, el vale todo, y aquí no pasa nada que nos caracteriza.

Y es que ha tenido que llamar el Ebola directamente a nuestra puerta y una sola infectada ha sido suficiente para hacernos reaccionar ante una realidad de 4.000 muertos a la que llevamos ignorando desde hace mucho tiempo cruelmente. 

Parece que hubiese sido la última voluntad de los misioneros fallecidos, en un intento desesperado de reclamar nuestra atención a lo que sucede por allí en África, y hacernos responder con la obligatoria solidaridad, atendiendo las necesidades mínimas de salud, bienestar, alimentación y asistencia medica, esa de la que se habla en los derechos humanos. Ahora aunque solo sea por interés egoísta, intervenimos y vamos a ayudar.

Y es que estamos acostumbrados a mirar para otro lado, a tragar con todo, y solo protestamos o ni eso, cuando nos toca, nos va en ello las lentejas, la casa o la vida, pero la nuestra, no la de los demás. Y dejamos hacer, y todo se tolera.

Y yo es que no doy crédito. Bueno, ni yo ni las cajas claro, porque como estamos mas a tirar de tarjeta opaca, black o fantasma, por ejemplo, que a hacer lo que tenemos que hacer, que por otra parte no hacemos porque para eso nos han puesto donde estamos, pues así nos va.

Hoy miro a través de mi ventana con pena, y con la esperanza de que esto algún día pueda cambiar.

Como dijesen Mecano, hace ya, a ver si los españolitos enormes, bajitos, entre gritos y pitos, hacemos por una vez, algo a la vez... 

Feliz día de la Fiesta Nacional. Y a pesar de todo, ¡¡Viva España!!